Fantasma captado por cámaras de seguridad
Los fantasmas (del griego φάντασμα, "aparición"), en el folclore de muchas culturas, son supuestos espíritus o almas desencarnadas de seres muertos (más raramente aún vivos) que se manifiestan entre los vivos de forma perceptible (por ejemplo, tomando una apariencia visible, produciendo sonidos o aromas o desplazando objetos —poltergeist—), principalmente en lugares que frecuentaban en vida, o en asociación con sus personas cercanas.
Desde antiguo la mitología, la religión y otras manifestaciones de folklore o literatura han creído, o pretendido creer, en la existencia de entidades sobrenaturales, manifestaciones vitales o númenes más o menos inmateriales de varios tipos:
1. Abstractos, más o menos alegóricos.
2. Naturales o no humanos: inanimados sin movimiento o cosas, e inanimados con movimiento o semovientes, como el aire, el agua, el fuego, las plantas, los astros.
3. Naturales animados: animales o animalizados.
4. Antropomórficos.
5. Humanos.
Clases de fantasmas
G. N. M. Tyrrell, autor de un clásico libro sobre el tema, Apparitions (Apariciones), publicado en 1943, identificaba cuatro grupos principales sobre la base de la conducta adoptada por los presuntos espíritus, más conocida que su propia naturaleza:
Apariciones que frecuentan habitualmente un lugar determinado. Generalmente no suscitan miedo, son inofensivos y a veces llegan a ser tratados como un miembro más de la familia.
Apariciones post-mortem. Suelen tener lugar muy poco tiempo después de la muerte de la persona reaparecida, y no acostumbran a estar relacionadas con un lugar o acontecimiento concreto; parecen ser como despedidas.
Apariciones en casos críticos. El aparecido es alguien que está viviendo una experiencia importante, como un accidente, una enfermedad o, por supuesto, la muerte, y se muestra ante una persona o personas simultáneamente a esa experiencia, no después de la misma.
Aparición inducida.
En este tipo de apariciones parecen haberse excluido aquellas en las que la aparición adopta una actitud comunicativa e interactiva con aquel a quien se muestra, pudiendo hablar o comunicarse con él, mucho tiempo después de su fallecimiento.
La parapsicología asocia los fantasmas a la percepción de personas y animales vivos o muertos de forma visual o auditiva (las mal llamadas psicofonías y teleplastias), e investiga a determinadas personas, los llamados dotados o mediums, quienes, imbuidos al parecer de una cierta percepción extrasensorial, hacen una o varias de estas cosas:
1) Notar, sentir, registrar o percibir la presencia de seres ausentes fallecidos (o no) fuera de los márgenes de una observación discriminable y cuantificable como normal (clarisintiente o empático)
2) Observarlos (clarividente).
3) Escucharlos (clariaudiente).
4) Obtener información desconocida verificable y cuantificable, a priori o a posteriori, por lo general falsa en cierto grado, pero también verdadera a veces, supuestamente de los mismos, e interactuar con ellos (médium)
Los fantasmas más frecuentes poseen una tipología escindida en cuatro clases:
Fantasmas residuales, o visiones que realizan actos repetitivos y carecen de actitud comunicativa o interacción con los observadores.
Fantasmas conscientes, que pueden comunicarse e interactuar con los observadores.
Encantamientos duraderos de lugares concretos donde se manifiesta uno o más fantasmas desde hace mucho tiempo.
Poltergeist o "espíritus burlones", fenómenos de duración más reducida ligados a una persona, por lo general adolescente o joven (aunque no siempre), en la que se mueven objetos solos, se escuchan golpes repetitivos o ruidos y se encienden o apagan luces.
Según el espiritismo o "doctrina espírita", como se decía en el siglo XIX desde que este movimiento fue configurado por Allan Kardec y la teósofa Helena Petrovna Blavatsky, el alma sobrevive a la muerte del cuerpo material y asciende a un nivel superior de existencia. No parecen tener una autoconsciencia completa de su ser; la tienen, pero sólo hasta cierto punto, porque no han logrado todavía resolver sus dudas existenciales. Se trata de fantasmas: entidades desencarnadas que se torturan y fustigan cruelmente con asuntos no resueltos en su vida anterior. Puede, por ejemplo,
Que no acepten su propia muerte, que no quieran reconocer que han desencarnado.
Que se sientan culpables por no haber concluido correctamente algún asunto durante su vida humana.
Que se sientan atados o ligados afectivamente a alguna persona o lugar cuando estaban con vida.
Que sientan odio o rencor consigo mismos o con alguien de su entorno como humanos.