El presidente de Brasil, Michel Temer, ha tachado de absurdas las nuevas acusaciones de corrupción vertidas por el fiscal general del país, Rodrigo Janot, que considera que el Jefe del Estado ha actuado como “líder de una organización criminal” desde que asumió el poder hace poco más de un año. Según Temer, Janot “prosigue con su marcha irresponsable para encubrir sus errores”.
Lo cierto es que el Tribunal Supremo va a examinar los cargos por supuestos delitos de obstrucción a la Justicia y asociación ilícita que ha presentado el fiscal contra Temer y seis personas de su entorno, incluidos dos ministros:
- “La imagen revela que nuestra organización política es dañina”, explicaba Janot. “Brasil es un paciente que está en un tratamiento médico muy serio, que convulsiona durante el proceso curativo de la lucha contra la corrupción”.
Janot, cuyo mandato expira este domingo, ya acusó a Temer de “corrupción pasiva” el pasado mes de junio, una denuncia que rechazó y archivó el parlamento. Esta misma institución, donde el presidente tiene sólidos apoyos, nombró como nueva fiscal general a Raquel Dodge, la primera mujer que ocupará este cargo en Brasil.