Juliana García, con 32 años en la mochila y toda la vida escalando, luce orgullosa y sonriente un pin metálico y un diploma que acreditan que puede guiar a cualquier montañista en cualquier montaña del mundo, aunque no la conozca. Detrás de ella está la Unión Internacional de Guías de Montaña, una marca que representa un estándar mínimo de seguridad para guiar clientes en alta montaña.
Lleva muchos años preparándose para esto pero últimamente realizó un examen teórico y otros prácticos, parte de ellos en el glaciar del volcán Altisana, de 5.758 metros de altura, al sureste de Quito.
Bajo la lupa de instructores nacionales e internacionales, Juliana García y seis compañeros, todos hombres, esta quiteña demostraba su capacidad de autorrescate, destreza con las cuerdas, crampones y piolets.