Julio de 1986. En Chile celebran el triunfo de Argentina en el Mundial de Fútbol y Ana se preocupa porque Martín no participa con su papá, Félix y Exequiel. Ella considera que su hijo pasa demasiado tiempo con la Paola. En el país se vive un fuerte revuelo social y la gente protesta en las calles. En la fábrica, don Farid le contó a Juan que tienen un gran pedido del Ejército de Chile, una gran oportunidad que no se da dos veces en la vida. El esposo de Ana se preocupa y también confirma que don Farid no se sumará al paro nacional, para mantener el negocio. Después de comer, Ana le dijo a Martín que ya no pasa en la casa o no le ven “ni el pelo”, ni menos quiere que pase lo mismo que con Claudia. Minutos después él se atrevió a contar que Paola está embarazada y un largo silencio se sintió en el comedor. Luego, Juan le dijo a su hijo que debió cuidarse y más ahora que encontrar trabajo está tan difícil, ni tampoco aceptó el “perdón” de Martín. Ana, un poco más calmada, aseguró que igual la ropa de Anita y algunos pañales le servirán al bebé. Juan fue a una automotora para comprarse una camioneta usada. Él decidió adquirirla para poder pasear con su familia y usarla para su trabajo. Esto será una gran ayuda para todos y no puede perder la oportunidad de comprar el vehículo a tan buen precio. Mientras, el paro nacional provoca fuertes disturbios en las calles y Juan se ve afectado por un carro lanzaaguas. Pedro también llegó a la casa de su hermano porque en su casa se cortó la luz. Félix, en tanto, sin importar las consecuencias le contó a su tío que Claudia está en Argentina por problemas políticos. Y, al mismo tiempo, Ana muy afectada le pidió a su marido que trate de averiguar si su hija se encuentra bien o no. Claudia ya no soporta todo lo que está viviendo y no quiere que sus padres sigan sufriendo por su culpa, ella lamenta que no puede comunicarse con ellos, pero Óscar le entregó su casilla para que pueda enviarle una carta a su mamá. Pedro, en tanto, se fue a despedir de su hermano porque regresará al sur porque no le ha ido bien en Santiago. Entonces, Juan le propuso el trabajo de chofer en la fábrica. Después, Juan llegó muy orgulloso a su casa con su nueva adquisición, su camioneta “Daihatsu” e inmediatamente llegó a su familia a dar una vuelta por el barrio. Félix aprovechó de lucirse con la camioneta y su vecina Camila. El hijo de Ana se atrevió a pedirle pololeo porque la quiere mucho. Sin embargo, el amigo de Bruno quedó muy triste al escuchar un rotundo “No” y que sólo lo quiere como amigo.