Un barbero chino de Chengdú utiliza su cuchilla de afeitar para rasurar no la barba, si no los ojos de sus clientes, en base a una antigua tradición que se dejó de practicar debido al alto riesgo que entraña, pudiendo producir cortes o infecciones en el globo ocular. Pero a Xiong Gaowu, de 60 años, parece no preocuparle, y cada día limpia los ojos de sus clientes en su barbería al aire libre, utilizando su cuchilla y deslizándola por debajo de los párpados de algunos valientes, ante la mirada atónita de los viandantes.
