El ejército birmano, acusado de cometer crímenes contra la humanidad.
Al menos 120.000 musulmanes de la etnia rohinyá han cruzado la frontera con Bangladés, territorio donde podría haber minas, según el observatorio de derechos humanos Human Rights Watch.
Phil Robertson es el sudirector de Human Rights Watch en Bangkok.
“Desde Human Rights Watch no utilizamos la palabra genocidio. La gente llega en condiciones muy difíciles, algunos de ellos con heridas de bala.
Hay una nueva tendencia, muy peligrosa, y es que hay indicios de que el ejército birmano ha instalado minas en la zona.
De ser realmente así, estaríamos hablando no solo de crueldad sino de un ataqueindiscriminado a los civiles que intentan huir de esta situación tan peligrosa.”
La ONG exigió responsabilidades a la Primera Ministra de facto y Consejera de Estado de Birmania Aung San Suu Kyi, pidiéndole que afirme su liderazgo nacional y aproveche su reputación internacional como Premio Nobel de la Paz para intentar resolver el conflicto.
La ONU alertó hoy de una “emergencia humanitaria real” en Bangladesh por la huida de 123.600 rohinyás desde Birmania a Bangladesh.