Londres quiere evitar que tras el ‘ brexit’ los controles fronterizos se vuelvan a instaurar entre la República de Irlanda e Irlanda del Norte. Quieren que sean una línea imaginaria tal y como establece el acuerdo del Viernes Santo, firmado en 1998. Así lo detallan en un documento divulgado este miércoles. Todo ello en medio de las críticas de Bruselas que consideran que las propuestas del Reino Unido en materia aduanera son “una fantasía”.
To be in & out of the Customs Union & “invisible borders” is a fantasy. First need to secure citizens rights & a financial settlement— Guy Verhofstadt (@GuyVerhofstadt) 15 de agosto de 2017
“Nos gustaría reiterar lo dicho por Michel Barnier. Debemos discutir cómo mantener el actual área común de viaje entre Reino Unido e Irlanda y proteger en todos sus aspetos el Acuerdo del Viernes Santo del que el Reino Unido es co-garante. Es esencial que hablemos políticamente de ello antes de buscar soluciones técnicas”, dice Annika Breidthardt, portavoz de la Unión Europea.
Mientras que para Londres la prioridad parece estar encaminada en lograr un buen acuerdo aduanero pensando en las exportaciones de sus empresas Bruselas incide más en una salida ordenada resolviendo algunos temas claves como los derechos de los ciudadanos o la factura que pagará Londres por la ruptura.