Según las fuerzas de seguridad rusas se trata de cuatro militantes islamistas vinculados al llamado Estado Islámico. Están acusados de planificar atentados en el transporte público y centros comerciales en Moscú.
Entre los detenidos, según las autoridades rusas hay un enlace con el llamado Estado Islámico, un especialista en preparación de artefactos explosivos y dos terroristas suicidas.
La policía rusa no ha facilitado la identidad de los activistas, unicamente han dicho que uno de ellos es ruso y los otros tres provienen de países de Asia Central.
Las investigaciones preliminares apuntan a que el grupo tenía contacto con yihadistas en Siria.
A finales de julio, la policía rusa abortó un ataque terrorista en San Petersburgo. Sin embargo el 3 de abril pasado un yihadista suicida se detonó un cinturón explosivo en un vagon del metro de San Petersburgo y mató a 16 personas.