Millones de kenianos votaron pacíficamente en unas elecciones generales marcadas por el deseo de superar sus diferencias tribales, pero también por una elevada tensión ante la imprevisible reacción popular que podría generar el rechazo de los resultados por parte del candidato derrotado.
Casi 19,6 millones de kenianos estaban llamados a acudir a 40.883 centros de votación, donde se registraron extensas filas a lo largo de toda la jornada.