Zambrano, a su vez, reconoció que ha recibido críticas, porque nos dicen que estamos entregando nuestro capital político y que nos estamos desdibujando como izquierda, que estamos perdiendo el perfil de fuerza de izquierda.
Por eso reconoció que es un riesgo participar en este proyecto, pero vale la pena asumirlo, lo que hizo que ganara aplausos del público, lo mismo cuando declaró que no quieren la descomposición ni la violencia, en referencia a los enfrentamientos ocurridos el sábado, mientras Peña Nieto tomaba posesión del cargo.
Al igual que Osorio Chong, dirigió sus baterías contra los poderes fácticos, porque indigna que hayan doblegado una y otra vez a los gobiernos de uno y otro partido.
En respuesta a sus críticos, señaló que el PRD oportunamente hizo un juicio político e institucional sobre la calidad democrática de la elección y arguyó que ni una sola persona ni hombre podrán cambiar el país. Ya otros con voluntad, o por arrogancia, lo intentaron y fracasaron.
Minutos antes, Madero defendió el gran trabajo hecho por los gobiernos del PAN, pero reconoció que faltó apoyo político para sacar adelante sus propuestas.
A tono con los discursos anteriores, consideró que la falta de estas reformas afecta a los más débiles y favorece a los intereses de los poderes fácticos, que no pueden sometidos más que por un Estado democrático, fuerte y soberano.
Hizo un reconocimiento a la voluntad de diálogo de Peña Nieto y declaró que su partido es responsable y está satisfecho, porque gran parte de su agenda legislativa está contemplada en este acuerdo.
Cristina Díaz, presidenta interina del PRI hasta ese momento, prometió que el Pacto por México será un gran facilitador en el tránsito de los acuerdos en el Congreso de la Unión. Aseguró que la corresponsabilidad como partido en el poder público es acompañar al Presidente, pero con una verdadera convicción por México.