El Dáesh estaba detrás del atentado fallido del pasado 15 de julio en un avión en Sídney. Así lo ha confirmado este viernes la policía australiana, que también asegura haber desbarato un segundo ataque por parte del grupo yihadista, en este caso químico, que aún se estaba fraguando.
“Se consiguió abortar la colocación de un artefacto explosivo improvisado en un vuelo de Etihad Airways que salía de Sídney el 15 de julio”, revelaba ante la prensa el subinspector de la Policía Federal Australiana, Michael Phelan. “En ningún momento el artefacto logró sortear el control de seguridad”.
Se sabe también que los componentes con los que se fabricó el explosivo casero fueron enviados desde Turquía. Una vez en Australia, un comandante del Dáesh se encargó de reunirlos y de dirigir el ataque. Desbaratada esa operación, el plan B consistía en un aparato químico diseñado para esparcir sulfuro de hidrógeno, una sustancia muy tóxica para las personas. De momento hay dos detenidos en relación a este ataque, “uno de los más sofisticados que se ha visto en suelo australiano”.
