Al menos tres palestinos muertos y casi dos cientos policías israelíes heridos. Este es el balance de los enfrentamientos que se han vivido este viernes en Jerusalén Este y Cisjordania.
Los disturbios se produjeron como consecuencia de las protestas llevadas a cabo por cientos de musulmanes contra las nuevas medidas de seguridad impuestas por Israel en torno a la Explanada de las Mezquitas: arcos detectores de metales, cámaras y la prohibición a los hombres menores de 50 años de entrar en la Ciudad Vieja de Jerusalén.
Todo comenzó cuando, cerca del mediodía, la comunidad musulmana se congregó a las puertas de la Explanada, dentro de la cual se encuentra la Mezquita de Al Aqsa, para rezar desde allí.
“Hoy solo los hombres mayores de 50 años podían entrar en la zona de la Ciudad Vieja y del Monte del Templo. El Monte del Templo está abierto, sin embargo, a las mujeres de todas las edades. Las medidas de seguridad seguirán vigentes todo el tiempo que sea necesario”, asegura Micky Rosenfeld, portavoz de la policía israelí.
El pasado día 14, tres árabes israelíes asesinaron a dos policías en la Explanada de las Mezquitas. Tel Aviv decidió entonces cerrar el recinto. Tras su reapertura, las autoridades musulmanas que gestionan el lugar hicieron un llamamiento para que nadie pasase por los arcos detectores de metales y exigieron a Israel la retirada inmediata de los controles.
