Dimite el jefe del Estado Mayor del ejército francés, abriendo la primera gran crisis para Emmanuel Macron.
Pierre de Villiers ha vivido un gran desencuentro con el presidente francés tras quejarse ante una comisión del Parlamento por el recorte de 850 millones de euros anunciado para Defensa.
Conocido por hablar sin pelos en la lengua, Villiers dijo entonces, textualmente, “que no tenía intención de que le jodieran así una vez más” en referencia a su decepción por un nuevo incumplimiento de las promesas electorales.
Esta retirada, sin precedentes en la Quinta República, ha tenido lugar después de que Macron multiplicara sus mensajes de reproche, como “no es digno entablar ciertos debates en la plaza pública” o refiriéndose al “sentido del deber y de la discreción”.
Muy apreciado por sus subordinados, de Villiers, de sesenta años y en el cargo desde hace tres, se quejaba habitualmente de la insuficiencia de medios de los militares, que luchan dentro y fuera de su país contra la amenaza terrorista yihadista.
Su sucesor será, según fuentes gubernamentales, el general François Lecointre, consejero militar del primer ministro, que será nombrado este miércoles en el Consejo de Ministros.
