Un vídeo colgado en internet en el que se ve a una joven en minifalda ha hecho arder las redes sociales en Arabia Saudí. En las imágenes, la joven pasea entre las ruinas de un antiguo fuerte histórico en medio del desierto y más tarde canta una canción mientras conduce con el pelo y el rostro descubiertos.
Pero lo que podría parecer banal en buena parte del mundo, es visto como una grave ofensa a la moral en Arabia Saudí, donde, entre una larga lista de prohibiciones, las mujeres no pueden ni conducir, ni enseñar su cuerpo… y suelen salir a la calle tapadas hasta los ojos. Por ley y por tradición, detrás de cada mujer saudí hay un hombre (normalmente su esposo, padre, hermano o familiar) que tomará por ella las decisiones cruciales de su vida, desde el nacimiento hasta la tumba.
Mientras defensores y detractores del gesto de la joven se han enzarzado en una agria disputa en internet, el Comité para la Promoción de la Virtud y la Prevención del Vicio de Arabia Saudí ha ordenado que sea identificada y juzgada junto a sus acompañantes.
El escándalo tiene como telón de fondo la reciente entrada de Arabia Saudí en el Comité de Derechos de la Mujer de la ONU.
