En Turquía esta madrugada el presidente Erdogan se daba su segundo baño de masas en menos de 24 horas. Todo ello para conmemorar la fallida intentona golpista de hace un año. Tras Estambul el presidente turco se desplazó hasta Ankara para dar un discurso frente al Parlamento. Un acto repleto de simbolismo ya que se producía a la misma hora en la que, hace un año, los cazas F-16 de los golpistas bombardeaban la sede del poder legislativo. A ellos iba dirigido parte de su mensaje.
“No serán capaces de hacer caer nuestra bandera. No serán capaces de dividir nuestro territorio. No serán capaces de hacer caer nuestro estado. No serán capaces de silenciar nuestras oraciones y no serán capaces de conseguir que nuestro país se ponga de rodillas”, señalaba el presidente de Turquía.
Al término del acto se inauguró un memorial por las cerca de 250 personas que perdieron la vida en la frustrada asonada militar. Un año después las consecuencias del golpe se siguen sintiendo. Más de 150.000 funcionarios han perdido sus puestos de trabajo y otras 50.000 continúan arrestadas por supuestas conexiones con los golpistas.