Kiko: "Yo no he tenido tanto gol nunca y en Barcelona'92 lo hacía fácil"

2017-07-14 31

Madrid, 14 jul (EFE).- A Francisco Narváez (Jerez de la Frontera, 26 de abril de 1972) los Juegos de Barcelona le cambiaron la vida. Apenas nueve meses después de firmar su primer contrato profesional, fue el héroe por accidente que dio al fútbol español el único oro olímpico de su historia, el jugador decisivo en un torneo que le metió de cabeza en la elite.

Un cuarto de siglo después, Kiko, que acudió como 'Quico' a Barcelona'92, recuerda para Efe que entró en aquel equipo por la lesión de Javier Manjarín, se sorprende de la efectividad que mostró durante aquellas dos semanas en las que marcó cinco goles y rememora, con cierta nostalgia, aquella conexión en el campo con Pep Guardiola, con el que le hubiese gustado jugar "ocho o diez años".



P. Veinticinco años después, ¿qué recuerdo le queda de aquellos Juegos?

R. Cuando lo conseguimos, sabíamos que habíamos hecho algo importante. Después llegaron los 'pequeñitos' y la liaron parda ganando Eurocopa y Mundial, pero el tema de hacerlo en Barcelona, con tu familia y tu gente, repercutió muchísimo. Ver aquel Camp Nou con 85.000 banderas de España y gritando lo que gritaban...Sabíamos que se iba a recordar y mira lo que pasa con estas fechas.

P. ¿Qué suponía para usted, que venía del Cádiz, entrar en un equipo que ya tenía a jugadores hechos?.

R. Los más jóvenes éramos Alfonsito (Pérez), que tenía 20 años, y yo que soy seis meses mayor. Yo me hice compadre de Toni (Jiménez), el portero, porque habíamos jugado la promoción el Cádiz y el Figueras y luego ha sido el padrino de mi hija. Veíamos a esta gente que venía de Wembley, el otro que acababa de ganar la Copa del Rey...No éramos los patitos feos, pero sí que mientras que para ellos era un torneo, entre comillas, menor, para nosotros era la oportunidad de nuestras vidas. Este tipo de partidos era un escaparate al mundo.

Luego estaba el tema de la edad. Éramos sub'20, sub'21. No teníamos presión, sino que ésta fue llegando con los resultados.

P. Ahora, todo son buenos recuerdos, pero el comienzo no debió ser fácil con los problemas con las primas, con el forcejeo para ir a la ceremonia inaugural...

R. Empezamos en Valencia, en los Juegos el fútbol no era el deporte rey y hubo muchas movidas al principio. Al estadio no iba mucha gente y luego los fuimos enganchando.

Y luego está el tema de la ceremonia inaugural, porque nosotros acabábamos de jugar contra Colombia (el fútbol empezó un día antes de la ceremonia) y dos días después había partido. Miera decía que no y hubo sus tiranteces, pero pensábamos que si estábamos en una Olimpiada y no íbamos a la ceremonia inaugural que qué era eso. Y allí fuimos, con nuestros sombreritos y viendo al Dream Team.

Acertamos, porque fueron de los mejores momentos de nuestras vidas. Oír ese: 'España-Spain' y salir ahí con todo el mundo gritando fue superemocionante. Después, la liamos un poquillo parda, porque nos colábamos con una cámara que había allí supergrande y sacá