Varios países árabes, con Arabia Saudí y Egipto a la cabeza, han decidido poner fin a las relaciones con Catar, país que acusan de apoyar el "terrorismo" y de socavar la estabilidad de la región de Oriente Medio.
Pocas horas después de una reunión en El Cairo entre los ministros de Asuntos Exteriores de Egipto, Sameh Shukri, y su homólogo saudí, Adel al Yubeir, fue anunciado el corte de los lazos diplomáticos entre ambos países con Catar.
Riad tomó esta decisión, según un comunicado reproducido por su agencia oficial de noticias, SPA, por las "violaciones graves de las autoridades de Doha, en privado y en público, en los últimos años con el fin de romper la unidad interna saudí".
Así como por "incitar al abandono del estado, poner en peligro su soberanía y la adopción de organizaciones terroristas (...), entre ellas los Hermanos Musulmanes, el Estado Islámico y Al Qaeda".
El ultraconservador reino acusó también a Doha de respaldar a Irán en su apoyo a los "grupos terroristas" en la provincia de mayoría chií saudí de Qatif, así como en Baréin, además de apoyar a los rebeldes hutíes del Yemen.
El Cairo, por su parte, también indicó que el emirato de Catar apoya "las operaciones terroristas en el Sinaí (noreste)" y que interviene "en los asuntos internos de Egipto y los países de la región de manera que amenaza la seguridad nacional árabe y favorece las diferencias dentro de las sociedades árabes".
Tras el comunicado, la alianza árabe encabezada por Arabia Saudí que combate en el Yemen junto al exiliado presidente Abdo Rabu Mansur Hadi ha anunciado la expulsión de Catar de la coalición, según una nota difundida también por la agencia SPA.