La muerte del dictador panameño, Manuel Antonio Noriega, genera opiniones divididas entre la población. Mientras para unos se trata del cierre de un ciclo, otros ponen énfasis en la impunidad de los crímenes atribuidos a este general. Noriega tomó el poder en 1983 hasta 1989, respaldó uno de los periodos que sus detractores describen como uno de los más oscuros en la historia de Panamá. teleSUR