Indiana (Perú)/ Bogotá (Colombia) 23 may (EFE).- Sara Cauper, de 6 años, y su hermana mayor Roxana, de 7, disfrutan desde hace solo unos meses de la sensación de tener un baño en plena selva amazónica peruana,
gracias a un proyecto de baños ecológicos para mejorar la salud de
los niños de remotas comunidades afectadas por inundaciones.
Junto a sus padres, Rober y Flor de María se instalaron hace un año en Indiana, capital del distrito del mismo nombre, a orillas del río Amazonas en la región de Loreto, donde consiguieron una vivienda en un barrio en el que han sido realojadas unas 46 familias que lo perdieron todo en las inundaciones de 2012.
La emergencia se volvió a repetir en 2015 en Loreto, la región mas extensa de Perú y superior al tamaño de Ecuador, cuando nuevamente intensas lluvias volvieron a anegar cultivos y viviendas se espera que vuelva a ocurrir en 2016 debido al fenómeno limatológico de El Niño.
Así cuando apenas han salido de una emergencia y temen entrar en otra, la familia Cauper está muy contenta con los baños ecológicos, que benefician también a otras 90 familias de Indiana gracias a un proyecto de Unicef, la municipalidad de Indiana y la propia comunidad, que apoya en la construcción de estos baños.
Rober Cauper explicó a Efe que estos baños "han mejorado la vida de toda la comunidad" no solo por el peligro que suponía para los niños internarse en el bosque para hacer sus necesidades sino también por "la higiene".
Ahora, Roxana, que sueña con ser enfermera, no teme ya ir al baño y que le sorprenda una culebra venenosa.
"Cuando llegaron los materiales para la construcción de los baños
fue una sorpresa", ya que "siempre nos decían que íbamos a tener un año pero no había cuando", afirmó Rober, que recordó que fue un omento "muy lindo, especialmente para los niños".
Frente a su casa, en la que no hay agua corriente pero sí luz eléctrica desde las seis de la mañana hasta la medianoche, se ha nstalado un baño hecho con tablones de madera y que cuenta con un módulo para el inodoro y otro que hace las veces de plato de ducha, fregadero y lavamanos.
El agua de la lluvia se almacena en un tanque y los residuos caen en un círculo de palmeras de plátano que evita que se formen charcos.
Rober también ha instalado un toldo y ha cerrado la plataforma de madera con unas cañas para que su mujer y sus hijas no sufran con el sol y la lluvia mientras se asean.
"Nosotras nos sentimos mas seguras, mas cómodas. Nos sentimos muy
agradecidas" con este baño, afirmó Flor de María.
Roxana explicó que ahora se baña con "el agua de la lluvia" y que lo que más le gusta es "enjabonarse y lavarse el cabello".
En el colegio al que acuden los niños de "Villa San Martín", también se han instalado otros dos baños ecológicos.
Con estos baños y con una campaña para fomentar el lavado de manos se pretende paliar las deficientes condiciones sanitarias que contribuyen a que los niños sufran infecciones respiratorias y enfermedades diarreicas agud