La escultura, que tiene más de 300 años de antigüedad, solo se muestra a los fieles dos veces al año, permaneciendo el resto del tiempo en una vitrina para evitar su deterioro. Las personas que vieron lo que pasó se dividen entre quienes creen que se trata de un verdadero milagro, y los que aseguran que el mal estado de la estatua se halla en el origen del movimiento.