“ Simplemente, no ha habido química”. Es una frase recurrente al hablar de una relación de pareja frustrada. Pero, ahora, podrías pronunciarla de manera literal. El portal Instant Chemistry, una de las tantas webs de contactos que están triunfando en Estados Unidos –se estima que el 15% de los estadounidenses utilizó un servicio de este tipo en 2015–, acaba de estrenarse bajo la premisa de que el ADN puede ayudar a determinar nuestra pareja ideal. El servicio funciona de la siguiente forma: una pareja se inscribe y recibe lo que llaman “Relationship Kit”, un paquete que incluye dos recipientes en los que escupir y enviar de vuelta para que lo analicen. La saliva se utiliza para extraer información genética de los individuos y, basándose en lo que llaman “bio –y neuro– compatibilidad”, extraen el porcentaje de compatibilidad que existe entre la pareja. Para mostrar la compatibilidad, los impulsores del proyecto, Sara Seabrooke y Ron González, analizan los genes del sistema inmunológico – los antígenos leucocitarios humanos (HLA) –. El HLA es lo que nos permite diferenciarnos entre nosotros, controlando qué tipo de bacteria crece en nuestro organismo, así como la producción de su olor y su sabor. Además, extrapolan perfiles psicológicos a través de cuatro variantes genéticas que afectan el comportamiento: el transportador de serotonina, los receptores de oxitocina, los receptores de dopamina y una enzima de la dopamina. Según los investigadores, las variaciones de estos genes pueden determinar cómo se procesan las emociones y cómo se comunican, por lo que pueden repercutir en cómo puede avanzar una pareja a medida que pasa el tiempo.
