Tras desconocer a Venezuela y suspenderlo como miembro del Mercosur y con Argentina ostentando la presidencia pro témpore, la semana del 20 de marzo en Buenos Aires fue la ronda de negociaciones del Acuerdo UE-Mercosur.
Ante el nuevo escenario mundial que plantea la presidencia de Trump en EE.UU., con el gigante regional que es Brasil gobernado por un cada vez más débil Michel Temer, Argentina toma el rol de liderazgo político de un Mercosur que vira a la derecha y juntos planean en ese movimiento la salida definitiva de Venezuela del bloque.
Pero en la novela de la lucha de poder palaciega al interior del Mercosur el camino a un acuerdo con la Unión Europea (UE) no será fácil y plantea rispideces.