Sevilla, 14 abr (EFE).- Las seis procesiones de la Madrugá de Sevilla, las más populares de la ciudad, han podido salir a hacer su estación de penitencia gracias al buen tiempo, pero han tenido que sobreponerse a los desórdenes provocados por carreras simultáneas entre el público al paso de los cortejos procesionales.
Tras esos sucesos, registrados a las 04.10 horas, cuando las seis procesiones con 10.000 nazarenos estaban en las calles del centro de Sevilla, la Policía ha detenido a ocho personas, tres de ellas delincuentes comunes y con antecedentes por desorden público, dar golpes al suelo y gritar con amenazas en el entorno de la calle Marqués de Paradas de Sevilla.
Además, la Policía está instruyendo diligencias por desorden público contra otras dos personas más por gritar y asustar a la gente, según los testimonios recabados en la calle Argote de Molina, cercana a la Catedral.
En esas zonas se han registrado carreras entre el público que han afectado a los cortejos procesionales, algunos de cuyos nazarenos, sobre todo los más jóvenes, se quitaron el capirote y salieron corriendo.
La información del Ayuntamiento de Sevilla agrega que aún se están analizando completamente todos los datos disponibles para determinar los motivos de lo ocurrido, pero concluye que "no hay causas de alarma".
Testigos presenciales han relatado que, debido en parte a la psicosis de atentados en zonas públicas registrados en Europa, se han producido escenas de pánico.
Sin embargo, numerosos ciudadanos también han contribuido a apaciguar el nerviosismo insistiendo en que no pasaba "nada", mientras que desde el Ayuntamiento se han hecho llamamientos a la calma.
En las redes sociales se han publicado vídeos en los que se ven cortejos interrumpidos y a la Policía interviniendo, y algunos de músicos de la Esperanza de Triana han informado de que no podían continuar hasta el final del trayecto por las lesiones, pérdidas y deterioros de instrumentos.
Los sucesos ocurridos hoy han recordado a los registrados en la Madrugá del año 2000, cuando hubo numerosos avalanchas que causaron decenas de heridos leves y la interrupción momentánea del recorrido de las procesiones más populares de la ciudad.
Esos sucesos se investigaron judicialmente pero la causa se archivó porque no se encontraron culpables, mientras que el entonces alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín (PSOE), atribuyó los incidentes a grupos de "niños pijos" que, con gritos de falsas alarmas, decidieron de forma coordinada y simultánea asustar a los ciudadanos con carreras.
Una vez repuesto de los incidentes de esta noche, las procesiones han retomado sus recorridos, aunque en numerosos lugares con menos público de lo habitual por el contagio del miedo provocado por las carreras.
Una hermandad, el Silencio, ha acelerado su paso y ha llegado al templo media hora antes de lo previsto.
Sin amenaza de lluvia y una temperatura de unos 14 grados, la jornada se presen