Rusia y Estados Unidos apuestan por trabajar para “restablecer la confianza”, en estos momentos bajo mínimos. A ello se han comprometido el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, y el secretario de Estado estadounidense, Rex Tillerson, en su primera visita a Moscú.
Sobre el ataque con armas químicas, que provocó una matanza en Siria, y del que Washington responsabiliza al régimen de Damasco, Lavrov ha prometido “una investigación precisa y objetiva”.
“Vemos que nuestros colegas estadounidenses están dispuestos a apoyar dicha investigación y esperamos que los poderes de la ONU y de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas se usarán inmediatamente”, ha dicho Lavrov.
Rex Tillerson ha pedido al Kremlin que deje de apoyar al régimen de Bachar al Asad, pero Rusia ha reafirmado su respaldo a su aliado.
“Este es sólo el último de una serie de ataques con armas químicas por parte del régimen de Al Asad. Creemos que el reinado de la familia Al Asad está llegando a su fin, debido a su propia conducta respecto a la guerra en los últimos años”, ha declarado Tillerson.
Rusia se ha mostrado dispuesta a reanudar la cooperación militar en Siria, suspendida tras el ataque estadounidense contra una base aérea siria, en respuesta al ataque químico. La condición es que Washington debe confirmar que el objetivo común es la lucha contra los grupos terroristas.
