La crisis que atraviesa Venezuela ha degenerado en el aumento de la delincuencia. Las empresas de telecomunicaciones, como Movistar, no escapan al flagelo de la inseguridad.
Sus estaciones de transmisión están siendo desvalijadas por bandas delincuenciales que roban el cableado para vender el cobre en el mercado negro. Igualmente, causan destrosos y hurtan otro tipo de equipos que son de uso exclusivo de telecomunicaciones. Esta situación trae como consecuencia la caída del servicio de llamadas, mensajería de texto y datos, afectando a los usuarios de varias regiones del país.