Una vez que los diplomáticos planetarios se han reunido en Nueva York esta semana para considerar el futuro de las políticas sobre drogas, quizá sea el momento adecuado para dirigir la atención meidática sobre el portugués Joao Goulao, el arquitecto y responsable del plan nacional sobre drogas de Portugal. El plan lusitano está a años luz de cualquier otro sistema conocido y su referencia es ya global. Hace 16 años Portugal decidió despenalizar la posesión de todas los estupefacientes — exactamente todas las sustancias, desde la marihuana a la heroína. Y los resultados son asombrosamente positivos.
Así pues, a día de hoy la policía portuguesa no detiene a nadie que lleve consigo una cantidad de droga inferior a la dosis contemplada para 10 días de consumo personal — un gramo de heroína, de MDMA, o de anfetamina; dos gramos de cocaína, o 25 gramos de cannabis. En lugar de ello, aquellos que son interceptados con cantidades consideradas de uso personal son citados ante los llamados "comités de disuasión", creados por psicólogos, abogados y profesionales sociales. La mayoría de los casos se quedan en nada más que en una advertencia, mientras que a aquellos individuos que hayan comparecido demasiadas veces ante el comité, se les sugiere que arranquen un tratamiento. Este puede presentar distintas formas, desde terapias motivacionales a prescripción de medicamentos, pasando por terapias con sustancias como la metadona.