Satisfecho. Así se muestra el presidente de Estados Unidos tras permitir a la empresa canadiense TransCanada la construcción del polémico oleoducto Keystone XL, un proyecto al que se oponen los grupos ecologistas, pero que Trump defiende asegurando que servirá para crear puestos de trabajo en el país.
Today, I was pleased to announce the official approval of the presidential permit for the #KeystonePipeline. A great day for American jobs! pic.twitter.com/w5s4nvN2NQ— President Trump (@POTUS) 24 de marzo de 2017
El oleoducto pretende transportar unos 830.000 barriles diarios de crudo desde la provincia canadiense de Alberta a distintos lugares de Estados Unidos. La aprobación se ha hecho, dice el gobierno estadounidense, atendiendo a los intereses del país, los mismos que en 2015, con el Gobierno de Obama, prohibieron su construcción debido a su posible impacto climático.
Varios grupos ecologistas han prometido que seguirán oponiéndose al oleoducto y han amenazado con volver a lanzar protestas sobre el terreno. Aseguran que el petróleo procedente de las arenas bituminosas es muy contaminante. Su producción emite un 17% más de gases de efecto invernadero que la extracción convencional de crudo.
