Madrid, 14 mar (efesalud.com). La doctora María Teresa Álvarez García, cirujana especialista en retina y vítreo de la Corporación Oftalmológica Vissum, nos explica en este videoblog lo fácil y eficaz que resulta tratar múltiples enfermedades oculares, como la DMAE o la retinopatía diabética, a base de fármacos inyectados en el interior del ojo.
"Este novedoso tratamiento, implementado en los últimos diez años, ha permitido a los oftalmólogos aumentar su tasa de éxitos hasta un 30% o 90% en patologías tan importantes como la degeneración macular asociada a la edad (DMAE)", subraya.
Los especialistas oculares comenzaron a inyectar sustancias dentro del ojo en la primera mitad del siglo XX. Lo hacían para inyectar aire en algunos casos de desprendimiento de retina o para inyectar antibióticos en pacientes con infecciones oculares graves como las endoftalmitis.
La administración de medicamentos inyectados dentro del ojo se denomina inyección intravítrea.
"El fármaco se inocula en el humor vítreo, una especie de gel transparente que ocupa el interior del globo ocular y que está en contacto directo con la retina. Desde el exterior solo podemos ver la córnea, el iris y parte de la esclera o membrana de color blanco, rica en fibras de colágeno, que recubre el ojo", describe la doctora Álvarez.
Los pacientes son reacios a que les pinchen en un ojo con una aguja, "pero la inyección intravítrea es una técnica indolora que produce muy pocas molestias", señala.
Esta cirugía mínima se lleva a cabo con gotas de anestesia que se aplican en la superficie ocular.
"La operación comienza con la desinfección de la zona, colocando un paño quirúrgico alrededor del ojo y abriendo los párpados con un separador para que el paciente no tenga que preocuparse del parpadeo", explica la oftalmóloga.
"Tras preparar la medicación en una jeringa con una aguja muy fina -continúa-, se marca la zona del globo ocular donde se va a realizar la inyección y se procede a inocular el medicamento dentro del ojo. El medicamento queda entonces en el vítreo para ser absorbido por la retina".
La intervención finaliza con la dosificación de un desinfectante y un antibiótico sobre el ojo.
En la actualidad, la patología ocular que recurre más a este tratamiento es la DMAE, principal causa de ceguera legal en los países de primer nivel económico.
La invidencia de la DMAE: http://bit.ly/29wULpv
"Inyectamos medicamentos antiangiogénicos y conseguimos detener la progresión de la DMAE en cerca del 90% de los casos, y casi en un 40% de estos pacientes logramos recuperar una parte de su visión perdida", destaca la doctora Álvarez García.
En personas jóvenes se utiliza para tratar la maculopatía miópica, pero es muy interesante a la hora de paliar la retinopatía diabética.
"La diabetes también produce ceguera legal, fundamentalmente cuando aparece una complicación de esta enfermedad conocida como el edema macular diabético. Los antiangiogénicos y los corticoides inyectados permiten recuperar la visión, aproximadamente, en el 60% de los pacientes", afirma.
Hay otras muchas patologías que se manejan con esta técnica, como la trombosis venosa retiniana, el edema macular postquirúrgico o las uveítis o inflamación de la capa media del ojo (iris, cuerpo ciliar y coroides).
Serán los nuevos medicamentos los que fijen los límites de las inyecciones intravítreas como solución a tantas y tantas patologías oculares. La investigación y la innovación continúan a un ritmo vertiginoso.
"Los oftalmólogos de Vissum hemos participado activamente, y lo seguimos haciendo, en los ensayos clínicos internacionales que llevan al desarrollo de muchos de estos fármacos, así que en un futuro próximo espero poder contarles interesantes novedades acerca de esta modalidad de tratamiento de enfermedades oftalmológicas", dice la doctora María Teresa Álvarez.
Para concluir, nos recuerda a todos y a todas la importancia de la prevención de la salud, algo que conviene especialmente a los ojos.
"Tenemos que cuidarnos con una alimentación sana y con ejercicio físico diario, alejándonos del sobrepeso, la obesidad y el sedentarismo. Además, debemos proteger nuestros ojos de la radiación solar con gafas y, periódicamente, acudir a la consulta del oftalmólogo".
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