Después del espectáculo sindical de ayer y todo lo que eso impacta, lo que nos interesa es ver cómo va a hacer el gobierno, el mundo sindical.
Lo que vimos ayer en la calle hace mucho tiempo que no se ve. Ayer vimos un despliegue del poderío sindical que se consolidó mucho durante el kirchnerismo y también el presidente Mauricio Macri le devolvió a los gremios buena parte del dinero de las obras sociales.
También hay que recordar que cuando los gobiernos son no peronistas en general la CGT moviliza en forma unificada. Ayer marchaban Moyano y Caló. Mientras que cuando los gobiernos son peronistas, en general la CGT se divide.
Para tranquilidad del Gobierno, tanto en el palco de ayer como abajo del palco estaban todos peleados.
Ayer Marcos Peña dijo, también lo dijo Jorge Triaca, que las puertas están abiertas, convocamos al diálogo.
El Ministerio de la Producción y el Ministerio de Hacienda dijeron que no hay motivos objetivos para decir que en la Argentina hay una destrucción masiva de puestos de trabajo o hay una avalancha de importaciones.
Ayer perdieron espacio los moderados dentro del mundo sindical.
Salieron corriendo los que quieren negociar con el Gobierno.
Además de los sectores kirchneristas que ayer fueron a pudrir el acto, además se vio a sectores sindicales muy tradicionales que evidentemente no controlaban a sus propias bases.
Hubo mucha agresión de un sector identificado con UPCN. Lo mismo con el gremio de la alimentación.
Francisco Cabrera ayer dijo que no hay una avalancha de importaciones, que el 87% de importaciones desde que Macri es presidente corresponden a bienes de capital.
Que solamente 13% son bienes de consumo.
Con datos de la Fundación Protejer muestran que las importaciones textiles con Cristina en el 2015 subían 18%. Pero en el 2016 con Macri cayeron 14%. Nicolás Dujovne salió con un tuit mostrando que ha habido una creación acumulada de puestos de trabajo tanto en el sector público como en el sector privado, que no justifican el reclamo airado de los sectores sociales.
El Gobierno se va a encontrar con una conflictividad social cada vez mayor. La pregunta es cuánto temple va a tener el presidente Mauricio Macri en un año electoral.