El Papa Francisco ha roto otro tabú al visitar la Iglesia de Todos los Santos en Roma.
Es la primera vez que un pontífice católico penetra y reza en una parroquia anglicana en la capital italiana. Francisco ha utilizado la histórica ocasión para exhortar a una mayor unión tras siglos de desconfianza y hostilidad entre ambas iglesias y rezó junto al obispo anglicano en Europa, Robert Innes.