En su tercera y última votación, los diputados británicos han respaldado el proyecto de ley por 494 votos a favor y 122 en contra.
Decenas de diputados de la oposición laborista han votado en contra del texto desoyendo la advertencia del líder de esta formación, Jeremy Corbyn, quien ha asegurado que quien no respete la disciplina de voto deberán dimitir.
La primera baja en las filas laboristas ha sido la del portavoz de Negocios, Energía y Estrategia Industrial, Clive Lewis, quien ha asegurado que no puede votar por algo que “dañará a la ciudad” que representa, Norwich, en el este de Inglaterra.
La Cámara baja, donde el Partido Conservador de la primera ministra, Theresa May, goza de mayoría absoluta, ha desechado todas las propuestas de la oposición para matizar la ley, incluida una que exigía garantizar los derechos de los comunitarios en el Reino Unido. May asegura que una de sus prioridades es definir el estatus de los ciudadanos de la UE en el país, así como la de los británicos en el resto del continente, pero defiende que esa cuestión será debatida una vez arranque el diálogo formal con Bruselas.
La última votación de la Cámara de los Comunes se produce un día después de que el Parlamento Escocés aprobara una moción del Gobierno autónomo contra la activación del artículo 50 del Tratado de Lisboa que daría inicio al proceso para abandonar la Unión Europea.
La primera ministra, la conservadora Theresa May, ha recordado que el Parlamento escocés no tiene derecho de veto sobre la activación del artículo 50, tal y como determinó el mes pasado el Tribunal Supremo que sí dictaminó la necesidad de someterlo a votación en las Cámaras de los Comunes y de los Lores.
Está previsto que el día 20 el debate se traslade a los Lores y que la ley quedé aprobada y sancionada a principios de marzo, dentro del plazo fijado por Theresa May para activar el artículo 50, dando inicio al periodo de dos años de negociaciones formales con la UE para abandonar el bloque comunitario.