Tan cerca, tan lejos… Las condiciones del campamento de fortuna en el que están pasando el crudo invierno cientos de inmigrantes y refugiados cerca de Belgrado distan mucho de las que prometía su sueño europeo. El cierre de la denominada ruta de los Balcanes les dejó atrapados en Serbia, una situación que afecta a unas 7.000 personas.
– “Lo intentaremos”, afirma Abdul Safi, procedente de Afganistán. “Lo intentaremos una y otra vez. Nunca nos rendiremos. Les pediremos a todos los países europeos que nos abran sus fronteras”.
Tampoco han encontrado un lecho de rosas quienes se vieron forzados a quedarse en Grecia. Tras una “tensa” visita al centro de refugiados de Elliniko, levantado en el antiguo aeropuerto de Atenas, el ministro griego para la Inmigración prometió el lunes que adoptaría medidas para mejorar el suministro de agua caliente y la entrega de alimentos al medio millar de personas, la mayoría afganas, que residen allí.