Si el páncreas se ve afectado se generan alteraciones en varios niveles del organismo, por ejemplo, la concentración de glucosa en sangre varía —generalmente se eleva— y deviene lo que conocemos como diabetes y sus terribles consecuencias. Por otra parte, se pierde el control de las enzimas que produce, de forma que habrá mala digestión y, por tanto, falta de nutrimentos. Ahora bien, se denomina pancreatitis a la inflamación del páncreas, lo cual particularmente puede acarrear otro tipo de problemas, como daño al corazón que puede derivar en insuficiencia respiratoria (imposibilidad para que los pulmones realicen el intercambio de gases que requiere el organismo) o en los riñones, en cuyo caso no es posible desechar las toxinas del cuerpo a través de la orina. En situaciones extremas puede haber muerte súbita como consecuencia de choque vascular (descenso brusco de la presión arterial). La Medicina reconoce varias causas de pancreatitis aguda, siendo las responsables de más del 80% de los casos alcoholismo y litiasis biliar (piedras o cálculos en la vesícula biliar, pequeña bolsa donde se almacena y concentra la bilis segregada durante la digestión).