La polémica sobre la visita de Estado de Donald Trump al Reino Unido ha robado protagonismo en la cámara de los comunes al proyecto de ley que activará el brexit. Mientras este se discute, por segundo día consecutivo, el líder laborista, Jeremy Corbyn, ha pedido al Gobierno que de marcha atrás en su invitación:
- “Señor Presidente, el Presidente Trump ha roto acuerdos internacionales sobre refugiados, ha amenazado con abandonar los acuerdos internacionales sobre el cambio climático, ha alabado el uso de la tortura, ha incitado al odio contra los musulmanes, ha atacado directamente a los derechos de las mujeres. ¿Qué más tiene que hacer antes de que la primera ministra escuche al millón ochocientas de personas que ya han pedido que se le retire la invitación de su visita de estado?”
Theresa recogió el guante y, hablando de Corbyn, se preguntó:
- “¿Habría sido capaz de proteger a los ciudadanos británicos del impacto de la Orden Ejecutiva? No ¿Habría podido sentar las bases de un acuerdo comercial? No ¿Estaría comprometido al 100% con la OTAN? No. Eso es lo que los laboristas ofrecen a nuestro país, menos protección para los ciudadanos británicos, menos prosperidad, menos seguridad. Pueden liderar las protestas, yo lidero un país”.
Casi dos millones de ciudadanos británicos no están de acuerdo con May y han firmado una petición para que el asunto se debata en el Parlamento. Este ha colgado un comunicado confirmando que lo hará el próximo 20 de febrero.