La dirección de Fiat-Chrysler afirma que cumplirá con sus objetivos económicos de aquí a 2018, pese a que las autoridades estadounidenses acaban de acusar a la compañía de violar la regulación anticontaminación. La acusación se centra en un controvertido dispositivo instalado en los modelos diésel Jeep Cherokee y Dodge Ram 500, entre 2014 y 2016, para disimular unas mayores emisiones en los controles oficiales. El jueves, las acciones de Fiat-Chrysler perdieron un dieciséis por ciento en Milán y un diez en Nueva York. Este viernes, repuntaron en Milán un cuatro por ciento.
FCA US Response to EPA https://t.co/N3rGRCFAxn— FCA group (fcagroup) 12 de gener de 2017
“No es lo mismo que la situación de Volkswagen, o al menos no aun”, considera esta analista del sector. “Es una situación no concluyente. Todavía hay mucho trabajo por hacer. En el caso de Volkswagen, se trataba de una trampa deliberada. Sabían lo que hacían. No sucede lo mismo con Fiat-Chrysler”.
Paralelamente, la justicia francesa abrió una instrucción contra Renault también por sus emisiones contaminantes en los motores diésel. Tras una investigación del Gobierno y registros en los locales del primer fabricante francés de automóvilesreewwe, los jueces se ocupan ahora del asunto bajo la sospecha asimismo de un trucaje. La dirección de Renault se justifica diciendo que siempre cumplió con la legislación del país. Sus títulos perdieron el viernes cerca del tres por ciento en París.