Estados Unidos elimina la política de “pies secos, pies mojados” por la que prácticamente todo cubano que llegara a territorio estadounidense, aunque fuera ilegalmente, podía quedarse en el país, mientras que los interceptados en el mar eran devueltos a la isla.
La eliminación, con carácter inmediato, de la medida, adoptada en 1995, era un reclamo del Gobierno cubano para avanzar en la normalización de las relaciones bilaterales entre ambos países.
Muchos cubanos se mostraban satisfechos ante el fin de dicha política:
“Por una parte es bueno, porque así los cubanos estamos más seguros de que no podemos irnos por esa vía y no habrá tantas pérdidas de vidas ni tanto derramamiento de sangre en el mar”, dice un ciudadano cubano. Otro señala que “atentaba contra nuestros jóvenes sobre todo y nuestro pueblo porque la mayoria de las personas que hacían eso, había un gran porcentaje de fracaso y entonces perdían sus vidas en el trayecto”.
El cambio en esta política se produce una semana antes de que Donald Trump tome posesión como presidente estadounidense.
Obama y el presidente cubano, Raúl Castro, anunciaron en diciembre de 2014 un histórico deshielo para poner fin a medio siglo de enemistad.