Los aumentos de hasta el 20,1 % del precio de la gasolina y del 16,5 % del diésel, que han entrado en vigor en México, continúan suscitando multitudinarias protestas en toda la República.
Al grito de ‘Fuera Peña’, miles de mexicanos llenan las calles de varias ciudades del país para mostrar su descontento con estas medidas contrarias a lo anunciado por el presidente Enrique Peña Nieto cuando puso en marcha su reforma energética en 2015. Al menos tres muertos y cerca de 2000 detenidos, son el principal saldo de las manifestaciones y varios incidentes derivados de saqueos en comercios y bloqueos de carreteras, según un balance del Gobierno federal.
El Grupo Gasolinero G500, que agrupa a 1800 estaciones de servicio, anunció que cerrará 400 de ellas que han sufrido actos de vandalismo o amenazas, y la empresa estatal Petróleos Mexicanos (Pemex) solicitó ayuda para desbloquear los accesos a terminales de almacenamiento y distribución de combustible.
En esta nueva edición de Enfoque analizamos el impacto social del aumento de los precios de la gasolina en México y la negativa del Gobierno a dar marcha atrás a su impopular decisión.
Para el politólogo Jesús Mesa Montero “parece intuirse una tormenta perfecta en el quinto año de la gestión de Peña Nieto”.
Fran Pérez, secretario Federal de Solidaridad Internacional y Derechos Humanos de Izquierda Unida, cree que el aumento de la gasolina es una “medida que viene en una etapa de final de mandato, y que tiene un balance que no resulta positivo”.
Javier Castro Villacañas, periodista y abogado, considera que “esto es echar gasolina al descontento social que se vive en México”
Jorge Vilches, historiador y politólogo, afirma que “el gasolinazo demuestra una crisis política muy grave, en una sociedad desarticulada y que sale a la calle para manifestar su descontento”.