Son imágenes que retratan la pesadilla que vivieron cientos de jóvenes en la discoteca Reina de Estambul. Entre ellos estaba Francois Al-Asmar, un libanés que resultó herido en el ataque y que ha explicado lo ocurrido en la fatídica noche: :
“Realizó un disparo, así que pensé que había sido un hombre enfadado o borracho. Pero unos segundos más tarde, escuchamos una ametralladora. Estábamos todavía tumbados tras el primer tiro. Me escondía detrás de una mesa, sentado en el suelo, pero mi hombro debía estar expuesto. Disparaba no al aire, sino en dirección al suelo, donde estábamos. Si hubiera estado completamente tumbado, me habría dado en todo el cuerpo. Estaba sentado y me disparo, no fue mucho tiempo. Cuando me dio, me tuve que tumbar y me hice el muerto para que no continuara disparando.”