“Desestabilizar y sembrar el caos en Turquía”. Ese era el objetivo principal, según el presidente turco Recep Tayyip Erdogan, de esta primera matanza del año en una discoteca de Estambul, en donde 39 personas han muerto y 65 resultaron heridas.
Attentat d’Istanbul / Erdogan: Ils tentent de semer le chaos dans notre pays! https://t.co/J6WIaLYKPy— Turquie 2023 (@turquie_2023) 1 janvier 2017
El número de atacantes, si era uno o varios, sigue confuso:
“Dispararon contra la gente indiscriminadamente… sin piedad. 3 ó 4 personas dispararon contra la multitud con ametralladoras. Y lo hacían apuntando a las cabezas”, asegura uno de los heridos, mientras es trasladado en camilla a una ambulancia.
Al menos 39 muertos y casi 70 heridos en un atentado terrorista en una discoteca en Estambul (Turquía) https://t.co/WYdHpIiAUc pic.twitter.com/TiWLniDJKs— Europa Press (@europapress) 1 janvier 2017
Una decena de hospitales en Estambul asisten a los heridos. Cuatro de ellos, en estado muy grave.
Algunos de los testigos aseguran haber oído al atacante gritar consignas en árabe:
“Nos echamos al suelo, mi marido me cubría para protegerme. Entonces empezaron a disparar. Había dos o tres personas disparando. Luego, con la humareda, me desmayé. Y al rato, tenía un montón de gente encima, intenté separme, todo el mundo estaba llorando … y había un fuerte olor a pólvora.”
Entre los muertos, hay al menos 16 extranjeros, según ha confirmado el Ministro de Interior turco.
El terrorista consiguió escapar y permanece en paradero desconocido. Sigue en curso una operación policial para su búsqueda y captura.
El atentado, aún sin reivindicar, es el último en un año mortal para Estambul y otras ciudades turcas sacudidas entre el fuego de los yihadistas del Estado Islámico y los rebeldes kurdos.