La llegada de Donald Trump a la Presidencia de Estados Unidos ha generado no pocas expectativas en torno a las futuras políticas de ese país.
Una de las más llamativas está relacionada con las anunciadas intenciones de “resetear” las relaciones con Rusia.
El electo presidente estadounidense ha manifestado su desacuerdo con las sanciones impuestas al gigante euroasiático por la anexión de Crimea. De repelerlas, como ha anunciado, beneficiaría a la petrolera estadounidense Exxon Mobil con posibles proyectos energéticos en Rusia.
La designación como secretario de Estado de Rex Tillerson, actual presidente de esa conocida empresa petrolera, amigo personal del presidente de Rusia, Vladimir Putin, y galardonado por el Estado ruso con la Orden de la Amistad, es para muchos un indicador de los nuevos tiempos que se avecinan en materia geopolítica.
Un informe de la Agencia Central de Inteligencia de EE.UU. (CIA, por sus siglas en inglés) transmitido al Congreso y a la Casa Blanca - que fuera filtrado al diario The Washington Post - en el que se revela que Rusia trabajó para ayudar a Trump a ser elegido, ha suscitado una sonada reacción del equipo de transición del futuro mandatario.
Invitados:
Juan Antonio Aguilar, director de elespiadigital.com
Isidro Sepúlveda, profesor de Historia Contemporánea en la UNED
Inocencio Arias, diplomático español
Alfonso Basallo, director del periódico digital Actuall.com
