Como arzobispo de Buenos Aires tomó el metro y ahora como papa ha ido a una tienda de artículos de ortopedia de Roma, cercana al Vaticano, para comprar personalmente unos zapatos.
Los clientes se han quedado asombrados al ver allí al pontífice de 80 años de edad para comprar el calzado, que necesita para aliviar el dolor que le provoca su ciática crónica.
El líder de los más de mil millones de católicos romanos de todo el mundo bendijo el crucifijo de un empleado y se tomó fotografías con las personas que estaban en la tienda. Instantáneas que se han difundido en las redes sociales.
El año pasado, Francisco sorprendió a romanos y turistas cuando fue a una óptica del centro de Roma para renovar sus gafas.
