Un motín registrado en una prisión de Birmingham, en el centro de Inglaterra, llega a su fin tras estar activo diversas horas.
La policía antidisturbios y escuadrones especializados de varios puntos del país han tenido que intervenir en un tumulto en el que se han visto involucrados cerca de 300 reclusos.
El motín tiene lugar cinco semanas después del registrado en la prisión inglesa de Bedford. Desde entonces el personal penitenciario reclama medidas para garantizar su seguridad.
“Hace mucho tiempo que decimos que hay falta de inversión, de personal. Más de 30 personas han dejado sus puestos en la prisión de Birmingham en las últimas semanas. Es un trabajo peligroso. La crisis es general”, expresa un representante carcelario.
La empresa de seguridad que gestiona el recinto ha dicho que el motín comenzó a las nueve de la mañana hora local de este viernes, afectando a dos alas de la prisión. Posteriormente, se extendió a otras dos.
Los medios británicos señalan que al menos hay un detenido en estado grave y que diversos reos han incenciado varias zonas del recinto.
