Último adiós a los fallecidos por el doble atentado de este sábado en el centro de Estambul. Las autoridades turcas, encabezadas por el presidente Recep Tayyip Erdogan, han presidido los funerales. Hasta el momento son 38 las víctimas mortales, la mayoría policías. Más de 150 personas resultaron heridas.
El ministro del Interior de Turquía, Süleyman Soylu, ha dicho que los indicios apuntan a que los ataques fueron perpetrados por el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) y que hay más de una decena de detenidos. Mientras tanto, los analistas no descartan al grupo yihadista Dáesh.
Por otro lado, el primer ministro turco, Binali Yildirim, ha declarado un día de luto en el país.
“Independientemente de quién llevara a cabo los ataques, esto no debería haber ocurrido. Se deberían haber tomado las medidas necesarias. Espero que las autoridades hagan el máximo esfuerzo esfuerzos para evitar nuevos atentados”, dice un joven turco.
El primer ataque tuvo lugar cuando un coche bomba estalló cerca de un vehículo de transporte de la policía antidisturbios situado frente al estadio del Besiktas, unos 90 minutos después de que el equipo turco jugara su partido contra el Bursaspor. Entonces los espectadores ya habían abandonado el recinto.
Unos 45 segundos más tarde, un suicida se hizo explotar en medio de un grupo de policías en el cercano parque de Maçka.