Durante décadas la costa de la Florida ha sido un refugio seguro para los terroristas entrenados por la CIA capaces de cometer atentados.
Estos actos de terror no solo tuvieron lugar en tierras extranjeras, principalmente en Cuba, sino también en territorio estadounidense.
Las atrocidades de estos terroristas, ya sea el atentado con bomba en el avión de la aerolínea cubana en el año 1976, o los ataques a complejos turísticos de Cuba y la eliminación de figuras rivales, están bien documentadas y descaradamente confesadas.
