Madrid, 22 nov (EFE).- Hoy se cumplen tres meses de la desaparición de Diana Quer, la joven de 18 años que fue vista por última vez tras asistir a una fiesta en A Pobra do Caramiñal, el municipio coruñés donde pasaba las vacaciones de verano.
La Guardia Civil trabaja sin descanso en las diferentes líneas de investigación que podrían dar con el paradero de la joven, cuyo teléfono móvil apareció a finales del mes de octubre en el mar en una zona muy próxima al puerto de Taragoña (Rianxo), a unos quince kilómetros del municipio donde desapareció la chica.
Ese teléfono, un iPhone de color blanco, fue la primera pertenencia de Diana hallada, pero su mal estado tras pasar tanto tiempo sumergido ha dificultado las labores de investigación, hasta el punto de que aún se trabaja sobre ese dispositivo por si de él se pudiera extraer información relevante sobre las últimas conversaciones de Diana.
El contenido del móvil, la declaración de los testigos o las imágenes recogidas por las cámaras de seguridad son algunos de los elementos que están centrando las investigaciones que desarrollan la Policía Judicial de la Guardia Civil de A Coruña y de la Unidad Central Operativa (UCO).
Entre tanto, el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Ribeira -encargado del caso- ha decidido prorrogar un mes más el secreto del sumario para evitar que la filtración de datos perjudique aún más las pesquisas.
Tras la desaparición de la joven, se difundió una descripción en la que se decía que vestía pantalón corto rosa, camiseta blanca, sudadera y zapatillas negras con cordones, pero parece que pudo haber cambiado su vestimenta, según los testimonios de personas que dicen haberla visto esa madrugada.
Diana Quer mide 1,75, tiene el pelo largo, liso y moreno; los ojos oscuros y pesa 55 kilos. EFE.
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