Jornada de alta tensión en Brasil. Unos 40 manifestantes irrumpieron en el pleno de la Cámara de Diputados en Brasilia exigiendo una intervención militar en el país.
El grupo burló al personal de seguridad antes de invadir el hemiciclo, donde cantaron consignas contra la corrupción ante la presencia de los pocos legisladores presentes.
Poco después se desataron las hostilidades, con agresiones a agentes de seguridad y funcionarios. La actividad de la Cámara fue suspendida.
Mientras tanto, en Río de Janeiro, miles de empleados públicos, entre ellos policías y agentes penitenciarios, llevaron a cabo fuertes protestas contra las medidas y ajustes económicos adoptados por el Gobierno regional para hacer frente a una situación fiscal crítica.
“Estamos aquí para exigir nuestros derechos básicos. Los derechos del pueblo y de los trabajadores públicos de Río de Janeiro. No hay criminales o ladrones aquí. Sólo somos trabajadores y esto es lo que conseguimos, que nos disparen con gomas de bala”, swe quejaba un ciudadano.
Los manifestantes se concentraron frente a la Asamblea Legislativa del estado de Río de Janeiro, donde se discutía un paquete de recortes que incluye rebajas de hasta un 30 por ciento en el sueldo de los funcionarios. La Policía Militar disolvió la protesta con gases lacrimógenos y cañones de agua.