Emmanuel Macron ya es oficialmente candidato a la presidencia de Francia. Había abandonado la cartera de Economía en el Gobierno socialista el pasado agosto. Ahora, concurre al Elíseo sin un partido detrás, con el objetivo, dice, de “unir a los franceses”, “hacer entrar a Francia en el siglo XXI” y hacer “una revolución democrática profunda”.
“He visto desde el interior el vacío de nuestro sistema político, que impide la mayoría de las ideas sobre la base de que debilitan la maquinaria política, los partidos tradicionales, los intereses adquiridos, que ya no persigue el interés general sino su propio interés”, ha dicho Macron.
Mientras, en el cuartel general del ultraderechista Frente Nacional, su líder, Marine Le Pen, ha desvelado su eslogan para las presidenciales: “En nombre del pueblo”. Algunos sondeos aseguran que el Frente Nacional podría ser el partido más votado en la primera vuelta, el 23 de abril.
“Hay un movimiento mundial de rechazo de la mundialización salvaje, del ultraliberalismo devastador, de la competición de todos los pueblos contra todos los pueblos, del rechazo de la desaparición de las naciones”, ha señalado Le Pen.
El centroderecha celebra la primera vuelta de sus primarias este domingo. Los favoritos son Alain Juppé y Nicolas Sarkozy. El alcalde de Burdeos y ex primer ministro encabeza las encuestas, con un 37% de la intención de voto; mientras que el expresidente francés logra un apoyo de en torno al 30%.
En el Partido Socialista, habrá que esperar a diciembre para que el presidente François Hollande se pronuncie sobre sus intenciones: si volverá a aspirar al Elíseo o si cederá el testigo a su primer ministro, Manuel Valls. De ser Valls, superaría en las primarias a los otros candidatos socialistas, entre ellos a Arnaud Montebourg, antiguo ministro de Economía.
Y quienes ya tienen candidato para las presidenciales son los Verdes. Es el eurodiputado Yannick Jadot, ganador de las primarias.