Dichosas aplicaciones. Son nuestra perdición en muchos sentidos. Nos divierten, nos ayudan a pasar los ratos muertos, pero también consumen la batería de nuestro móvil como si no hubiera un mañana, -y esto ya no nos hace tanta gracia-. Cierto es que no todas las aplicaciones consumen lo mismo, así que, para ser justos y no colgarle a todas el San Benito, lo suyo es conocer qué aplicaciones gastan más batería y cuáles menos.