El caso de soborno en Rusia que implica al ya exministro de Economía, Alexéi Uliukáyev, podría extenderse ahora a otros ministros y ayudantes del primer ministro Dmitri Medvédev, según la prensa rusa.
Aunque el Gobierno ruso ha reaccionado con sorpresa y ni Medvédev ni el presidente Vladimir Putin dicen entender qué es lo que ha pasado.
“Por supuesto que esto es un momento duro para los que están en el poder y para el Gobierno. No entiendo lo que ha pasado. He hablado con el presidente del país y tiene la misma opinión. Sin embargo, habrá una investigación más exhaustiva de los hechos en el marco de la legislación vigente”, ha declarado el primer ministro.
Investigado desde hace meses, así como el resto de posibles implicados, Uliukáyev fue detenido in fraganti al aceptar un soborno de dos millones de dólares que supuestamente exigió a la petrolera estatal Rosneft.
Acusado de extorsión y amenazas, Uliukáyev habría amenazado a la petrolera con frustrar la absorción de Bashneft, otra gasista estatal, si no recibía una compensación a cambio.
El Gobierno ruso había propuesto la privatización del 50% de las acciones de Bashneft, pero Uliukáyev se opuso. Aunque se había llegado a un acuerdo, finalmente, en octubre, Rosneft, presidida por Igor Séchin, amigo personal de Putin, recibió 5.000 millones de dólares, el 50% de dichas acciones.
