Madrid, 08 nov (efesalud.com). El doctor Roberto Fernández Buenaga, especialista en córnea de Clínicas Vissum, interviene en el videoblog de Oftalmología para explicar la cirugía de cataratas, una operación de alta precisión, "sencilla en manos expertas", que no solo devuelve la transparencia al cristalino del paciente, sino que, de paso, consigue evitar un 40% de accidentes mortales asociados a la falta de visión, un 16% de fracturas de cadera por todo tipo de caídas y hasta un 13% de percances relacionados con el tráfico de automóviles.
A medida que las personas envejecen se produce una acumulación opaca de proteínas dañadas en esta parte del ojo. Hacia los 65 años de edad casi todo el mundo presenta el inicio de unas cataratas. Según la Organización Mundial de la Salud, una de las principales causas de discapacidad visual se encuentra en las cataratas no operadas; se registran alrededor de un 33% de casos, sobre todo en países con dificultades técnicas y económicas.
En Estados Unidos de América tienen reducida su calidad de vida cerca de 24,5 millones de personas por cataratas, y se prevé que su número se eleve hasta los 50 millones a mediados de siglo; se efectúan alrededor de dos millones de operaciones de cataratas anuales. En España, el número de cirugías alcanza la cifra 400.000 cada año. Es el país de Europa donde se implantan más lentes multifocales.
Pero, ¿qué es una catarata ocular?
"Decimos que un paciente tiene catarata en un ojo cuando el cristalino, lente biconvexa situada detrás del iris y antepuesta al humor vítreo, cuya misión es enfocar la luz en la retina, pierde transparencia poco a poco. Esa merma va a asociada a una disminución significativa de la visión del paciente y, por tanto, de su calidad de vida", dice el doctor Fernández Buenaga.
"Solo cuando se operan de cataratas notan una gran mejoría en su visión y una grandísima sorpresa al recuperar la intensidad y la viveza de los colores -continúa-, ya que estos pacientes ven la vida muy parduzca. Vuelven a decir que los blancos son más blancos".
Además, se ha demostrado que la cirugía de la catarata disminuye un 40% el riesgo de mortalidad asociado a los accidentes de todo tipo. Es más, se da una reducción del 16% en el número de fracturas de cadera y un 13% menos de accidentes relacionados con la circulación de automóviles.
¿En qué consiste la cirugía de la catarata?
"Es una operación rápida, de diez a quince minutos, y muy segura, de alta precisión, que elimina el cristalino opaco y lo sustituye por una lente intraocular, multifocal o monofocal. Se emplea anestesia local. El paciente vuelve a su casa justo tras realizar la cirugía sin necesidad de ingreso hospitalario", señala el oftalmólogo de Vissum.
"Realizamos una incisión de dos milímetros en la córnea -parte frontal del ojo que recubre el iris y la pupila- y accedemos al cristalino. Se abre su envoltorio, el saco capsular, y se destruye el núcleo, la lente dañada, con ultrasonido. Se extraen los restos de mediante aspiración, salvando el saco, y se implanta el nuevo cristalino", detalla.
Al contrario que las lentes monofocales, que producen un foco nítido más o menos lejano, y por tanto el paciente dependerá del uso de gafas para leer un libro o trabajar frente a un ordenador, las multifocales, lentes muy sofisticadas, son capaces de enfocar a cualquier distancia.
"Estos pacientes con lente multifocal son capaces de llevar a cabo todas sus tareas cotidianas sin necesidad de recurrir a las gafas, al menos en un 90% de los casos. Su satisfacción siempre es enorme", subraya el doctor Buenaga.
El procedimiento es tan seguro que incluso se practica con fines refractivos: miopía -mala visión lejana-, hipermetropía -mala visión cercana- y la presbicia -imposibilidad de ver al detalle, como las letras de la conversación del "whatsapp"-.
"Son personas que rondan los 50 años y necesitan gafas por diferentes motivos. Aunque sus cristalinos sean transparentes y no tengan cataratas, sin embargo han perdido su capacidad de enfoque. Un implante de lente intraocular, que suele ser multifocal, soluciona el problema. Nunca usarán gafas y, además, no desarrollarán cataratas en el futuro, puesto que sus cristalinos son artificiales", expone.
Para el doctor Fernández Buenaga, "todos las padeceremos si tenemos la suerte de llegar a viejos, ya que las cataratas no son otra cosa que la oxidación del tejido cristaliniano. Es primordial prevenir su aparición temprana, o retrasarlas al máximo, con el uso habitual de gafas de sol y con una dieta alimenticia rica en frutas y verduras; antioxidantes de todo el cuerpo y también del globo ocular", concluye.
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